Fragmentos del Cantar del Mío Cid.
"Alli piensan de aguijar, alli sueltan las riendas.
A la exida de Bivar hobieron la corneja diestra,
Y entrando a Burgos hobieronla siniestra.
Meçio mio Çid los hombros e engrameo la tiesta.
-¡Albriçia, Albar Fañez, ca echados somos de tierra!
Mio Çid Ruy Diaz por Burgos entraba,
En su compaña, sesaenta pendones;
exienlo ver mugieres y varones:
Burgueses y burguesas por las finiestras son
Plorando de los ojos, ¡tanto habian el dolor!
De las sus bocas todos decian una razon:
-¡Dios que buen vasallo! ¡Si hobiese buen Señor!"
"Ya lo vee el Çid que del rey no habia graçia.
Partiose de la puerta, por Burgos aguijaba,
Llego a Santa Maria, luego descabalga,
Finco los hinojos, de coraçon rogaba;
La oracion fecha, luego cabalgaba.
Salio por la puerta y en Arlançon posaba;
Cabo esa villa en la glera posaba
Fincaba la tienda y luego descabalgaba.
Mio Çid Ruy Diaz, el que en buen hora çinxo espada,
Poso en la glera, quando no le coge nadi en casa,
Derredor d’el una buena compaña;
Asi poso mio Çid como si fuese en montaña.
Vedada le han compra dentro en Burgos la casa
De todas cosas quantas son de vianda;
No le osarien vender al menos dinarada
Martin Antolinez el burgales cumplido,
A mio Çid y a los suyos abastales de pan y de vino;
No lo compra, ca el se lo habia consigo,
De todo conducho bien los hobo bastidos.
Pagose mio Çid el Campeador y todos los otros que van a su Servicio"
Partiose de la puerta, por Burgos aguijaba,
Llego a Santa Maria, luego descabalga,
Finco los hinojos, de coraçon rogaba;
La oracion fecha, luego cabalgaba.
Salio por la puerta y en Arlançon posaba;
Cabo esa villa en la glera posaba
Fincaba la tienda y luego descabalgaba.
Mio Çid Ruy Diaz, el que en buen hora çinxo espada,
Poso en la glera, quando no le coge nadi en casa,
Derredor d’el una buena compaña;
Asi poso mio Çid como si fuese en montaña.
Vedada le han compra dentro en Burgos la casa
De todas cosas quantas son de vianda;
No le osarien vender al menos dinarada
Martin Antolinez el burgales cumplido,
A mio Çid y a los suyos abastales de pan y de vino;
No lo compra, ca el se lo habia consigo,
De todo conducho bien los hobo bastidos.
Pagose mio Çid el Campeador y todos los otros que van a su Servicio"
Poemas de Gonzalo de Berceo.
"Lavó luego sus pies; los limpió con su paño.
A cuantos allí estaban, él les hizo ese baño.
Repartió los tesoros entre ellos, sin engaño;
sin provocar a nadie reyerta ni regaño".
"Era un varón perfecto, de hermosa discreción
que oía a los cuitados poniéndose en razón.
Sufría por las almas negadas al perdón.
Moría por ser mártir de su propia pasión".
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